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Historia:
“El traje nuevo del emperador” es un cuento de hadas danés
escrito por Hans Christian Andersen y publicado en el año 1837 en el libro “cuentos
de hadas contados para niños”. Este cuento ha sido adaptado a diferentes
formatos, tales como el musical, el cine o el teatro, y se trata de una fábula
que busca transmitir un mensaje tal como “No tiene por qué ser verdad lo que
todo el mundo piensa que lo es”. Este cuento es el número 168 de la colección
del autor.
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Resumen:
Érase una vez, en un lejano reino, un emperador, para el que
sus trajes, eran lo más importante, por lo que gastaba grandes cantidades de
dinero en llevar siempre las mejores prendas.
En cierta ocasión, se le acercaron dos estafadores haciéndole
creer que eran grandes tejedores y que serían capaces de hacerle un hermoso
traje, que además, tuviese la capacidad de ser invisible para aquellos que eran
tontos o no merecían su cargo; a lo que el emperador, sin pensárselo dos veces,
dijo que sí.
Cuando los estafadores fingieron comenzar a tejer, el rey, por
miedo a no ver su propio traje, fue mandando a sus mejores consejeros a que le
dijeran qué tal iba la confección del traje, y estos, a pesar de que no lo
veían, ya que no había nada, pero por miedo a que el emperador pensara que no
eran válidos, salían y le contaban al emperador cómo era el precioso traje que
le estaban haciendo. El propio emperador, no fue capaz de ver nada cuando entró
en la sala, pero, por miedo a que se le considerase inválido para su cargo,
también alababa la belleza del traje.
Los tejedores, propusieron vestir el nuevo traje en un
desfile próximo, a lo que el emperador, a pesar de seguir sin verlo, asintió.
Cuando el emperador salió con su nuevo traje, a pesar de que
iba desnudo, por miedo a lo que pensaran los demás, todo el pueblo decía
constantemente que el traje era precioso, hasta que un niño se atrevió a decir
que el emperador no llevaba nada puesto.
En ese momento, todo el pueblo comenzó a recapacitar y se
descubrió el engaño del traje y la falsedad de la gente del pueblo y el propio
emperador por miedo a los pensamientos y opiniones de los demás.
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Mensaje y
valor educativo del cuento:
A pesar de que la mayoría de los cuentos esconden una
enseñanza, probablemente este sea el que mayor valor educativo tenga de todos los
que he ido mencionando en entradas anteriores. Los valores predominantes en este
cuento son los de la humildad y la
sinceridad. Lo cierto, es que historias como esta, existen en todas las
culturas, ya que cuenta de manera muy clara el absurdo al que pueden llevar el
deseo de aparentar superioridad, el miedo y la falta de criterio propio.
Además, no se aprecian la crueldad y la violencia propias de otros cuentos, por
lo que su valor educativo se ve reforzado hasta el punto de que se trata de un
cuento que tiene como prioridad educar, antes que entretener, y cuyo mensaje
sigue siendo válido hoy en día.
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Edad y
curso para trabajarlo:
Lo cierto, es que de todos los cuentos sobre los que he ido
escribiendo en el blog, pienso que este es el más complicado para comprender y extraer
el mensaje; por lo que pienso que es el cuento ideal para 6º de Educación Primaria. En este curso, los alumnos han cumplido
ya los 11 o 12 años, y poco a poco
van dejando de ser niños, por lo que considero que en este momento, son capaces
de comprender el mensaje que el cuento quiere transmitir, así como poner en
práctica esta enseñanza en su día a día.
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